Disculpen que no me levante

lunes, mayo 08, 2006

Tengo ganas de comprarme una maleta.

Barata y amplia. Total, mis pertenecias personales no superarían ni con mucho el metro cuadrado. Y para los cuatro duros que tengo, una maleta y una bolsa de basura al estilo Julián Muñoz, para aparentar, quedarían de puta madre. No tengo piso, no tengo dinero, no tengo pareja, no tengo trabajo. Quiero una maleta. Una maleta donde almacenar mis irreales pretensiones. Quieras que no, soñar no cuesta un duro. He pensado en prostituirme. Un par de años. Con una maleta, y mi cuerpo como fianza, se puede fantasear. El imperio Británico se construyó a base de alubias enlatadas (Baked Beans). A que suena insensato?

Me compro una maleta, la dejo abierta en mitad de mi cuarto, y me pongo a especular. Tampoco es que tenga otra cosa que hacer. Digo yo. No es la primera vez que abro una maleta, meto cuatro chorraducas y desaparezco. La simple especulación me basta para soñar despierta un rato.


En fin, cuantas gilipolleces se piensan, cuando eso (pensar) es la única dedicación que una tiene. Lo malo es que no se cobra un duro por ello. Pero si así fuese, tendría un montón de pasta gansa, actualmente. Debería dejar de hacer el capullo y ponerme manos a la obra con mi vida. Que una servidora está cerquita ya de los 28, y de fantasías no se vive. Habrá que ponerse el buzo y el casco, más pronto que tarde y pasar por el aro, como todo hijo de vecino. El caso, es que yo no soy la hija del vecino (hasta donde yo se), y la cosa está complicada. Si es que me deprimo sola, cojones...

Vaya sarta de memeces por minuto. "Via" ver si me despejo un rato, y mientras compruebo la Bono-Loto, que lo mismo toca, y mañana estoy escribiendo mamonadas de otra índole... Ale, hasta pronto.


P.D.: Debría suvizar mi vocabulario, que se me notan las raíces raqueras por los cuatro costados. Entre otras cosas.